¿Qué es el nido colecho?

Un nido colecho, a menudo denominado "cuna colecho", es un tipo particular de cuna fabricada para que el bebé duerma en la misma habitación que sus padres. Esto facilita la lactancia del bebé y fomenta una sensación de comodidad e intimidad. Suelen ser más pequeñas que las cunas normales y se colocan a la altura de la cama de los padres para mantener al bebé cerca de la madre, pero seguro.

Los nidos suelen incluir paredes de malla o paredes bajas que permiten una circulación óptima del aire y facilitan a los padres la vigilancia del bebé desde la cama. Estos artilugios se basan en el principio de que el bebé puede dormir en su propia habitación pero cerca de los padres, lo que permite amamantarlo y cuidarlo por la noche sin necesidad de que se levante y vaya a otra habitación.

Para utilizar un nido de bebé de forma segura, hay que respetar las normas de seguridad del sueño infantil, que incluyen mantener al bebé boca arriba, comprobar que el nido está libre de objetos potencialmente dañinos y mantener la superficie de descanso firme y nivelada. Además, es imprescindible seguir las instrucciones de seguridad específicas del fabricante del nido.

Los nidos colecho pueden ofrecer varias ventajas tanto a los padres como a los bebés:

Favorece la lactancia: El nido favorece la lactancia materna, ya que mantiene al bebé cerca durante la noche, lo que permite a la madre responder rápidamente a las demandas de alimentación del bebé sin levantarse y trasladarse a otra habitación. Esto favorece una lactancia más cómoda y eficaz.

Mayor comodidad: El nido de colecho fomenta la sensación de seguridad e intimidad entre padres e hijos, aumentando el confort y el vínculo afectivo. Los lazos entre padres e hijo pueden verse reforzados por la capacidad de los progenitores de responder con mayor rapidez y eficacia a las demandas del bebé gracias a su proximidad.

Menos interrupciones del sueño de los padres: Con el bebé cerca en el nido, es más fácil atender sus necesidades durante la noche, lo que puede provocar menos interrupciones del sueño de los padres. Aun así, tienen que despertarse para atender al bebé, pero estas interrupciones suelen ser menos graves y más breves de lo que serían si el bebé estuviera en otra habitación.

¿Cómo dormir a un bebé?

Dormir a un bebé puede ser un desafío, ya que los bebés tienen sus propios ritmos de sueño y necesidades. Aquí hay algunos consejos generales para ayudarle a lograr que un bebé duerma:

Establezca una rutina: Los bebés tienden a responder bien a la rutina. Cree una rutina de sueño regular que incluya actividades relajantes antes de acostar al bebé, como un baño tibio, un masaje suave o la lectura de un cuento. 

Cree un ambiente propicio para el sueño: Asegúrese de que el lugar donde el bebé duerma sea cómodo, tranquilo y seguro. Controle la temperatura de la habitación para que no esté ni demasiado fría ni demasiado caliente. Utilice una cuna o cama segura y evite tener objetos sueltos en la cuna.

Alimente al bebé adecuadamente: Asegúrese de que el bebé esté bien alimentado antes de acostarlo, especialmente si se trata de un recién nacido. La mayoría de los bebés se sienten más cómodos y duermen mejor después de ser alimentados.

Observe las señales de sueño: Los bebés tienen señales de sueño que debe aprender a reconocer. Estas señales pueden incluir frotarse los ojos, bostezar o volverse más tranquilos. Cuando vea estas señales, es un buen momento para intentar que el bebé duerma.

Ayude al bebé a calmarse: Si el bebé está inquieto o llora, puede intentar calmarlo mediante el uso de técnicas de consuelo como el chupón, el balanceo suave o el ruido blanco. No todos los bebés responderán a las mismas técnicas, así que es importante aprender lo que funciona mejor para su bebé.

Establezca una hora de acostarse regular: Intente acostar al bebé a la misma hora cada noche, de modo que el bebé se acostumbre a un horario de sueño consistente.

Evite la estimulación antes de dormir: Evite actividades o juguetes que puedan estimular al bebé justo antes de dormir. Las luces brillantes, la televisión y los juguetes ruidosos pueden dificultar que el bebé se relaje.

Paciencia y amor: Cada bebé es único, y algunos bebés pueden ser más difíciles de tranquilizar y hacer dormir que otros. La paciencia y el amor son fundamentales. Si el bebé llora, asegúrese de verificar sus necesidades básicas (hambre, pañal limpio, comodidad) y bríndele seguridad y afecto.

Recuerde que los bebés pasan por diferentes etapas de sueño a medida que crecen, por lo que es normal que su patrón de sueño cambie con el tiempo. La consistencia y la paciencia son clave para ayudar al bebé a establecer hábitos de sueño saludables. Si tiene preocupaciones sobre el sueño de su bebé, consulte con un pediatra o un especialista en sueño infantil para obtener orientación adicional.